Las fracturas de órbita son roturas que se producen en los huesos que rodean a los ojos.
Existen dos tipos:
• Fracturas del reborde orbitario, que implican la ruptura del borde de la órbita.
• Fracturas tipo Blow-out, que afectan sólo a una pared interna o al piso de la órbita y mantienen un
borde sano.
Las fracturas de la órbita son completamente diferentes de las que pueden sufrir una mano o una pierna. La
diferencia fundamental es que los huesos que rodean a los ojos sirven como soporte de las estructuras y
músculos que accionan los ojos, pero no tienen movimiento.
Las fracturas de la órbita pueden producir como síntomas:
• Visión doble
• Hundimiento del ojo
• Dolor en los movimientos oculares
• Anestesia o disminución de sensibilidad en la mejilla y los dientes
VISIÓN DOBLE
se produce cuando un músculo que acciona el ojo se halla atrapado dentro de la fractura y esto impide
su movimiento. Es importante realizar una reparación rápida de las fracturas en los niños, pero en los
adultos conviene esperar de 7 a 15 días para evaluar si la visión doble es significativa.
La reparación de la fractura tiene como objetivo liberar el músculo atrapado. Si se espera más de 2
semanas para realizar la reparación, los músculos y la grasa orbitaria comienzan a adherirse al hueso
fracturado y la intervención quirúrgica tiene menos probabilidades de éxito.
HUNDIMIENTO DEL OJO
Hundimiento del ojo o globo ocular se denomina “enoftalmos” y se produce cuando los huesos fracturados
hacen que el volumen de la órbita aumente en forma considerable.
En los primeros días posteriores a un traumatismo suele haber edema dentro de la órbita y el grado de
hundimiento puede no ser apreciable en toda su extensión. Afortunadamente, las tomografías de órbita
ayudan a evaluar el grado de compromiso y a prever si una persona tiene posibilidades de desarrollar
un enoftalmos significativo.
Esto es importante ya que, al igual que la visión doble, el resultado de la reparación de la fractura
mejora cuando se la realiza dentro de los 15 días del traumatismo.
Aproximadamente, un 50% de las fracturas no produce visión doble ni enoftalmos de importancia y, por
ende, no necesitan ser reparadas quirúrgicamente. Solamente será preciso administrar antibióticos y
evitar los esfuerzos a fin de conseguir la cicatrización espontánea.
DOLOR EN LOS MOVIMIENTOS OCULARES
Ocasionalmente los músculos atrapados dentro de una fractura pueden producir dolor con los
movimientos.
ANESTESIA O DISMINUCIÓN DE SENSIBILIDAD EN LA MEJILLA Y LOS DIENTES
El nervio infraorbitario es el que lleva la sensibilidad de la mejilla y los dientes. Este nervio
transcurre por el piso de la órbita por un canal que suele estar involucrado en las fracturas. Esto
produce un traumatismo del nervio.
Usualmente existe una recuperación espontánea de la sensibilidad luego de algunas semanas o meses.
Entre las causas de las fracturas de la órbita se encuentran los accidentes automovilísticos, los
golpes ocurridos en la práctica deportiva, la violencia interpersonal y otros.
Cuando se recibe un golpe contra el borde de la órbita o el ojo, la fuerza del impacto puede producir
una ruptura de los delgados huesos internos, sin romper el borde, que es más grueso.
El tratamiento para las fracturas de la órbita se basa en la administración de antibióticos y control.
Aquellos pacientes que presenten visión doble o hundimiento ocular –enoftalmos–, o ambos, podrán ser
tratados con cirugía.
Ésta se basa en elevar con extremo cuidado los contenidos de la órbita que se han desplazado, y colocar
una placa para reemplazar el hueso roto. En algunas ocasiones, ello implica también el implante de
tornillos y microplacas de titanio que resultan invisibles.
Se puede acceder a la totalidad de los huesos orbitarios a través de incisiones ocultas dentro del párpado, es decir, por la conjuntiva. Esto evita la aparición de cicatrices.
Siempre existe la posibilidad de que un material extraño o un injerto pueda infectarse. Afortunadamente, ese riesgo es sumamente bajo –menor al 1%– gracias al uso de antibióticos durante y después de la cirugía, y al uso de técnicas quirúrgicas estériles.
Es excepcional que se retire una placa orbitaria. Ésta se incorpora a los tejidos ya que las arterias y venas crecen en su interior, pasando a formar parte del cuerpo. En niños y, a veces, en adultos, pueden usarse placas reabsorbibles: pasados varios meses, son desintegradas por el organismo.
Estas fracturas deben ser reparadas cuando están desplazadas de su posición. Esto se advierte mediante la palpación de un escalón o resalto, o mediante una tomografía computada. Usualmente se utilizan microplacas de titanio con pequeños tornillos, que permiten alinear y fijar los fragmentos de los huesos fracturados.
La única indicación de reparación urgente es la fractura tipo “trap door” que ocurre en niños cuando un músculo queda atrapado dentro de la fractura. Cuanto antes se lo solucione, mejor. En el resto de los casos no existe urgencia, y puede esperarse hasta que disminuya la inflamación o puede inclusive realizarse en forma diferida si aparecen secuelas (hundimiento ocular).