La miopía es un defecto óptico del globo ocular, donde el ojo es más “largo” de lo normal, lo que hace que los rayos de luz enfoquen por delante de la retina, que es la cobertura interna del ojo. Como consecuencia de ello, los objetos ubicados lejos se ven turbios o borrosos, pero los objetos de cerca se ven con claridad.
El síntoma más habitual es la visión “borrosa” o turbia de los objetos lejanos.
Las causas son genéticas, pero no necesariamente hereditarias, ya que intervienen varios genes en su desarrollo.
Se puede utilizar anteojos o gafas, lentes de contacto o en algunos casos, cirugía.
Sí, por medio de estudios oftalmológicos específicos.
Lamentablemente, no. La miopía está determinada genéticamente y no existe actualmente un tratamiento para detener su desarrollo.