La ptosis adquirida consiste en la imposibilidad del párpado superior de elevarse adecuadamente, presente en la persona que la padece con posterioridad a su nacimiento. La ptosis adquirida puede afectar a uno o a ambos párpados. Cuando es leve, el párpado ocluye o “tapa” parcialmente la pupila. Cuando es severa, la ocluye de forma completa.
La ptosis se advierte por la falta de visión completa y también por diferencia de altura entre un párpado y otro.
La mayoría de las veces, los párpados caen por un estiramiento del tendón que los une al músculo que
los levanta. Como típicamente el músculo conserva su fuerza original, la corrección quirúrgica de un
párpado que antes era normal se basa en reparar el tendón estirado.
No es infrecuente que la persona desarrolle este problema después de una cirugía de catarata. Esta
intervención es, en general, “la última gota” que hace que un tendón débil finalmente se estire. Otras
personas presentan ptosis al cabo de muchos años de utilizar lentes de contacto rígidas o luego de un
traumatismo o golpe. Hay pacientes que desarrollan este problema a causa de enfermedades musculares o
neurológicas. Esto es altamente infrecuente y es posible identificarlo durante la consulta y el examen
en el consultorio. Las ptosis secundarias a traumatismos también pueden ser corregidas.
El tipo de cirugía que se utiliza para tratar la ptosis adquirida depende fundamentalmente del grado
de movimiento que conserve el músculo elevador del párpado superior. La cirugía de ptosis adquirida
por estiramiento del tendón, se realiza con anestesia local en forma ambulatoria.
Y existen tres técnicas quirúrgicas:
• Cirugía por vía anterior
• Cirugía vía posterior
• Cirugía suspensoria del frontal
CIRUGÍA POR VÍA ANTERIOR
A través de una pequeña incisión en la piel, se accede al tendón del músculo que levanta el párpado y
se lo ajusta en forma graduada. Debido al uso de anestesia local, habitualmente se le solicita al
paciente, durante la cirugía, que abra y cierre sus ojos para ajustar la altura y contorno en forma
simétrica.
Con esta técnica se obtiene un éxito del 90%. En 1 cada 10 casos es necesario realizar un ajuste
posterior para lograr el mejor resultado posible. En ocasiones, se puede efectuar en el mismo acto
quirúrgico una blefaroplastia o cirugía estética de los párpados para quitar el exceso de piel.
POR VÍA POSTERIOR
No se realizan incisiones en la piel. Esta técnica no necesita ajustes intraoperatorios, por lo cual
es muy útil en pacientes que no pueden o no desean estar alertas durante la cirugía.
Es una técnica que sólo puede emplearse en ptosis de escasa magnitud.
CIRUGÍA SUSPENSORIA DEL FRONTAL
La corrección de la ptosis que se asocia con la mala función del músculo elevador se realiza mediante
una cirugía suspensoria del frontal. En esta operación, se reemplaza la función ausente del músculo
elevador del párpado por la acción elevadora que produce la ceja. Es muy común que las personas que no
elevan adecuadamente sus párpados, lo compensen elevando las cejas. En la cirugía suspensoria del
frontal se utiliza un material no extensible, para unir la ceja del lado afectado, al párpado. De esa
manera, se logra elevar los párpados al elevar las cejas, permitiendo un cierre adecuado de ellos.
La ptosis con buena función del elevador, que constituye la mayoría de los casos del adulto, puede ser reparada con cirugía lo que permite el cierre adecuado de los ojos. Excepcionalmente puede haber una mínima apertura durante la noche. Usualmente no constituye un problema, ya que los ojos tienen un reflejo, llamado Reflejo de Bell, por el cual rotan hacia arriba al cerrarlos. Esto hace que aun cuando pueda quedar una pequeña abertura, las córneas están protegidas por este mecanismo. Si existiese algún síntoma, puede tratarse usando una gota de gel antes de dormir.