El queratocono es una de las enfermedades más comunes de la córnea. Se da en adolescentes y adultos
jóvenes. Consiste en el afinamiento y protrusión progresivos de la córnea hacia delante. El queratocono
suele ser bilateral, pero asimétrico (es decir, que afecta cada ojo de manera diferente).
Dejada a su evolución natural, esta enfermedad progresa y generalmente se detiene en algún momento. Lo que
lamentablemente no podemos saber de antemano es cuánto va a progresar ni cuándo se va a detener.
Visión borrosa de lejos por la miopía que suele generar, y la deformación en las imágenes dada por el
astigmatismo irregular producto de la deformación corneal (visión doble monocular, ver las cosas
“sombreadas” y deformadas).
Al principio, cuando la enfermedad es incipiente, hay que sospecharla en pacientes cuya visión era buena y
en controles sucesivos es peor que antes AUN con corrección óptica (anteojos). Ante un paciente así, en
que seguramente no haya ninguna alteración corneal evidenciable al examen oftalmológico (estadio
subclínico), es bueno realizar un estudio de imágenes de la córnea (topografía o tomografía corneal)
buscando alteraciones características del queratocono.
A medida que la enfermedad avanza, las deformaciones corneales empiezan a ser evidentes en el examen con
lámpara de hendidura (el aparato con luz que usamos los oftalmólogos para revisar a los pacientes). Lo
primero que se ve es el afinamiento corneal que suele darse por debajo del centro corneal. Luego, si la
deformación avanza, suelen verse estriaciones corneales (estrías de Vogt). Si progresa más aún se empiezan
a formar cicatrices por rupturas en el colágeno de la córnea (que son blancas, cuando la córnea normal es
transparente). En los estadios más avanzados, puede desgarrarse la membrana de Descemet que es la capa de
más atrás de la córnea. Dicho cuadro se llama hidrops corneal, ya que esa ruptura genera que el líquido de
adentro del ojo ‘’invada’’ el estroma corneal formando una ‘’nube”. Aunque ese cuadro agudo suele resolver
espontáneamente y el líquido se absorbe, generalmente queda una cicatriz corneal central
Las causas de esta enfermedad son desconocidas. Una de las asociaciones más frecuentes del queratocono es con los cuadros alérgicos oculares en que los pacientes de refriegan mucho los ojos. Por eso, en estos pacientes es bueno indicar gotas antialérgicas. Otra enfermedad asociada frecuente es el síndrome de Down.
Dos objetivos:
1- El primero es procurar detener la
progresión de la enfermedad en sí. Para ese fin hay solo un tratamiento que se demostró efectivo que se
llama Cross linking. Consiste en la generación de una úlcera en la córnea (retirar el epitelio, que es
como la piel de la córnea) y la imbibición del estroma corneal con una vitamina llamada riboflavina. Una
vez embebido el espesor corneal con dicha molécula, se irradia luz ultravioleta en la córnea. Este
tratamiento no busca mejorar la visión (de hecho, puede empeorarla un poco los primeros 1-2 meses) sino
que persigue detener la enfermedad, ‘’congelar’’ la córnea y que no siga progresando. Obviamente, se
reserva para los estadios leves-moderados en que aún no hay opacidades corneales graves. En la figura 6
se ve cómo el cross-linking genera cambios en la córnea tratada.
2- El segundo objetivo del tratamiento es
mejorarle la visión al paciente. Por la naturaleza de esta
enfermedad que genera una deformación irregular de la córnea, estos pacientes no suelen tener buena
visión con anteojos. Por eso, uno de los mejores aliados visuales de estos pacientes son las lentes de
contacto ya que las mismas, al apoyarse en la córnea, ‘’regularizan’’ un poco más su forma. En estadios
moderados y severos, las lentes de contacto tradicionales pueden salirse frecuentemente o raspar más de
lo deseado la superficie corneal. En esos casos, pueden combinarse distintos tipos de lentes de contacto
tradicionales o probar las lentes de contacto esclerales. Una vez que se adapta y tolera una lente de
contacto, la visión lograda depende, sobre todo, de si la córnea es transparente o no. En estadios
avanzados con mucha cicatrización y blanqueamiento de la córnea, la agudeza visual lograda puede ser
mala aun con una lente bien adaptada. En estos casos, seguramente el paciente se beneficie con un
trasplante de córnea donde se retira la córnea cicatrizada, afinada y deforme del paciente y se
reemplaza por una cornea trasparente y de forma normal. Como los pacientes con queratocono suelen tener
sano el endotelio corneal (la capa más posterior de la córnea en contacto con el líquido intraocular
llamado humor acuoso), lo más conveniente es realizar un trasplante corneal lamelar anterior profundo
(DALK, por sus siglas en inglés) donde se deja solamente el endotelio sano del paciente y se reemplazan
el resto de las capas corneales anteriores a ella.
En casos de pacientes que no quieren usar o no toleran las lentes de contacto y la córnea es bastante
transparente pueden implantarse unos anillos intraestromales corneales. Estos son como ‘’tutores’’ que
una vez implantados regularizan la forma de la córnea y suelen mejorar la visión sin corrección y, a
veces, pueden mejorar la tolerancia a lentes de contacto en quien antes no las toleraba.