La retinopatía del prematuro es una afección originada por la inmadurez de la retina, tejido que reviste
al ojo por dentro.
La retinopatía implica la ausencia de ese tejido y, en algunos casos, la presencia de una fibrosis
acompañada de desprendimiento de retina.
Afecta a niños prematuros de menos de 1,5 kg al nacer o de menos de 32 semanas de gestación.
El diagnóstico clínico se basa en el examen de la retina realizado por el médico oftalmólogo pediatra
especializado.
Es siempre recomendable este examen cuando se trate de prematuros de menos de 1,5 kg al nacer o de menos
de 32 semanas de gestación, incluso si sus padres no observan nada especial en los ojos del bebé.
En los prematuros de bajo peso o escasas semanas de gestación, se produce una falta de vascularización
o presencia de arterias y vasos normales. A consecuencia de ello, en el ojo se da una proliferación de
venas y arterias sumamente delgadas junto con una fibrosis o membrana blanca anómala, que tracciona la
retina pudiendo eventualmente desprenderla.
Esta afección también se ve potenciada por las altas dosis de oxígeno que requieren los prematuros
para el desarrollo de sus demás órganos.
El tratamiento es puramente quirúrgico, pudiendo realizarse con láser o con crioterapia, un método en el
que se emplean instrumentos que aplican frío intenso.
En ambos casos, la cirugía “quema” la retina anormal. Se libera así al ojo de factores químicos que
inducen el crecimiento de vasos anómalos.
Si la retinopatía es detectada precozmente, el tratamiento con láser o con crioterapia tiene mayores
posibilidades de éxito.
En cambio, si se ha producido el desprendimiento de retina, los resultados pueden no siempre ser
satisfactorios. La operación en sí es prolongada y especialmente compleja si existió desprendimiento de
retina. El postoperatorio suele ser sencillo.
El niño sometido a la cirugía con láser o a la crioterapia, cuando ambas tienen éxito, puede llevar
luego una vida perfectamente normal. Si la retinopatía es leve, se cura por sí misma, aunque es
conveniente realizar un control periódico ya que los prematuros tienen una mayor incidencia de miopía,
glaucoma y estrabismo.