Como generalidad, las distrofias corneales son enfermedades hereditarias caracterizadas por afectación
bilateral, central y simétrica de la córnea, el ser lentamente progresivas y no estar relacionadas con
factores ambientales o de salud general.
Las distrofias se clasifican anatómicamente según las capas corneales predominantemente afectadas. De esta
manera, existen las distrofias anteriores que afectan el epitelio y la capa de Bowman, las estromales y
las que afectan la membrana de Descemet y el endotelio.
La distrofia anterior más frecuente es la map-dot-fingerprint (mapa-punto-huella). Estos pacientes suelen
debutar con episodios de úlceras corneales espontáneas (cuyo cuadro se caracteriza por fotofobia,
sensación de cuerpo extraño, visión borrosa y lagrimeo). De hecho, al ser esta distrofia la causa más
común de úlceras corneales espontáneas, siempre hay que pensar en ella ante un paciente con este cuadro.
El tratamiento de estos cuadros consiste en geles lubricantes nocturnos, lentes de contacto terapéuticos,
gotas de suero autólogo o plasma rico en plaquetas y, en algunos casos, pueden hacerse micropunciones
estromales para generar una cicatriz entre el epitelio lábil y el estroma subyacente.
Las distrofias estromales más comunes son la granulosa y la reticular (lattice). Aunque al igual que las
distrofias superficiales pueden debutar con cuadros de ulceraciones corneales espontáneas, muchas veces
los pacientes consultan por disminución visual. Cuando la visión está afectada y el compromiso de las
opacidades es relativamente superficial, puede realizarse una queratectomía fototerapéutica (PTK) con
láser de Excímer. Si el compromiso es más profundo, la mejor opción suele ser el trasplante de corneal
lamelar profundo (DALK) o el trasplante penetrante (PK).
La distrofia posterior más común es la distrofia de Fuchs, que afecta al endotelio corneal. En esta
enfermedad hay una pérdida de células endoteliales más acelerada de lo habitual. Al perderse un número
crítico de estas células (que son incapaces de regenerarse), la córnea comienza a llenarse de líquido
(edema) y la visión se va nublando, sobre todo por la mañana. Esta enfermedad es una de las indicaciones
más comunes para la realización de trasplantes endoteliales (ver sección ‘’edema corneal’’).